VISITA AL GUGGENHEIM
10 de abril 2014
Tenía muchas ganas de contemplar y disfrutar de estos dos grandes artistas y hoy toca, y os lo aseguro, repetiremos, pero la próxima vez en horario de mañana para que los orientadores del museo nos aconsejen y guíen con sus indicaciones para disfrutar al máximo de estos artistas y de su obra.¡Qué gran pareja! Yoko Ono y Ernesto Neto.
Yoko Ono. Half-A-Wind Show—Retrospectiva y Ernesto Neto: el cuerpo que me lleva. Dos exposiciones diferentes en su fondo y forma pero muy similares en el medio por el que nos presentan su obra, ya que ambos, necesitan de la participación y de la interacción del visitante. Cada una a su manera, construyen su obra con la intención de que utilicemos nuestros cinco sentidos para interpretarla.
Decidimos empezar por la planta superior donde se aloja la retrospectiva de esta mujer inclasificable. No se que me voy a encontrar, ya que apenas conozco su obra artística, así que la tarde promete.
Yoko, através de sus performances, en las que los espectadores son tan protagonistas como ella misma, lanza instrucciones al público tanto orales como descriptivas, persigue que éste tenga una participación activa en su representaciones y piezas artísticas.
Nos presenta una obra crítica, aunque con un toque de ironía, consiguiendo, que al final de la visita, ese desasosiego inicial que me había causado tanto blanco y negro, negro y blanco, desapareciera por completo.
Bajamos a la primera planta y ¡¡¡todo un mundo de color se abre ante nuestros ojos!!. Este contraste que seguramente sea pura casualidad en el tiempo y el espacio de los entresijos del museo, nosotras lo agradecemos infinitamente.
Color, música, risas, olores, tacto... una experiencia sensorial a descubir. Divertida y fresca es como una invitación al hogar, al calor, a la intimidad, pero sin espacios ocultos, todo es tansparente....trasmite sensualidad, piel, cuerpo..es oronda, blanda, cuerpo...solo hay que dejarse llevar, apoderarse de sus olores y sucumbir a su caos.
Cuando salimos a eso de las 20:00 h de la tarde, decidimos que tanta emoción requería de un sitio tranquilo donde poder intercambiar opiniones y revisar todas las fotos. Esta vez optamos por un café estilo vintage, con una decoración muy cuidada y una atención de agradecer.
El café en cuestión es el Mami Lou Cupcake en la calle Barrainkua 7, un paseo desde el Museo Guggenheim. Nuestra elección...pues aquí os dejo las fotos y, ya me diréis.
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