Nos gusta Bermeo, en al costa Vizcaina, porque transmite tradición y pasado. Este pueblo brilla con el cielo gris de agua y fuego, y brilla con más fuerza cuando el sol se refleja en la sal de sus aguas cantábricas rebosantes de furia blanca.
Nos gusta Bermeo y su gente tranquila y única como es la gente vivida de cara al mar, por el mar y para el mar, y nos gusta su manera de expresarse tan coloquial y cercana, nos gusta su ánimo incombustible y esas ganas de vida que hacen sentirnos como en casa. Y este fin de semana tocaba estar en casa para celebrar junto a los anfitriones su Arrain Azoka 2014 o Feria del Pescado de Bermeo, una de las más importantes de Euskadi.
Llegamos pronto, primero para aparcar sin tener que dar cientos de vueltas, que sabemos como se pone la cosa del parking, y segundo porque queremos aprovechar cada uno de los momentos que se nos presenten para observar, contemplar, compartir, charlar, fotografiar, caminar y sobre todo disfrutar de lo que se nos quiera poner por delante en un día tan especial para los bermeanos.
Nos acercamos y cogemos fuerzas en la cafetería Lamena del Casino de Bermeo toda una institución en la villa y emblemático edificio para toda Bizkaia.
Y comenzamos el recorrido txano txano que hay tiempo y ganas de sobra.
Damos una vuelta y echamos un primer vistazo general para empezar enseguida con la "degustación". Alrededor de unas 15 son las conserveras que exponen sus productos, así que ¡Empezamos ya!
Probamos las empanadas de pescado de Mukitxu, seguimos con unos pintxos a los que es imposible resistirse en al txosna de Conservas y Ahumados Ángel, continuamos tomando una estupenda sidra en el puesto de Sagardotegia AXPE acompañada de una tapita de queso y anchoa, sin movernos mucho al ladito los Salazones de Arroyabe nos están pidiendo una cata y, para ir terminando, nos acercamos hasta el puesto de salazones de Etxeko Makailoa donde, aparte de la tapa que tan primorosamente nos preparan, también nos explican detalladamente como cocinar una buena bacalada.
Nos despedimos de Bermeo dando una vuelta por su puerto y calles altas desde donde avistamos la bella Izaro, y ya, nos vamos yendo que queremos tomarnos el café en Mundaka.
El café desde este punto de la costa Vizcaina tiene sabor y olor a puerto, a ola y a arenal blanco entre acantilados verdes. Después, un paseo oteando el paisaje mientras vamos asimilando que este ha sido un buen día, en buena compañía y en un paraíso de lugar donde se come divinamente.
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