martes, 21 de enero de 2014

PASEANDO Y OBSERVANDO

     Recorro la Gran Vía, de lado a lado de la ciudad, mi pequeña ciudad, voy contemplando las magníficas casonas y palacios que decoran las aceras, casi siempre encharcadas, desde donde se pierde la perspectiva entre el original y su reflejo, aunque a mi se me pierde la vista en las azoteas. Tengo debilidad por los tejados y los áticos.

Ajusto bien la mirada y a cada paso contemplo lo que me pueden recordar almenas, espectaculares torreones que te hacen retroceder a épocas en las que Bilbao derrochaba poderío por sus cuatro costados.
     

Una muestra de casas de vecindad burguesa o de lujo, llamada, también arquitectura residencial son Las Casas de Ramón de la Sota. El proyecto lo realizó Manuel María Smith en 1920, en Regionalismo Montañés, que se patentizó en los torreones angulares con pináculos, las solanas, los aleros pronunciados, etc

 
Seguimos andando y chapoteando, el paraguas como aliado esperemos nos de alguna tregua, eso si, sin bajar los ojos ni un momento no sea que nos perdamos lo que la belleza se empeña en mostrar. Y nos lo enseña sin hacer grandes aspavientos, solo unos pocos metros después, en los números 42 al 44, casa grandiosa , de Ángel Líbano de 1926.




 La casa Lezama Leguizamón, en el número 49. Se podría denominar de estilo afortunado y mezcla de dos ; ya que dos fueron los arquitectos, Ricardo Bastida y José María de Basterra y dos son los territorios que domina; la Gran Vía y el Parque de Santa Casilda. En su fachada apreciamos la presencia de magníficas terrazas y de columnas interminables rematando, en sus cuatro esquinas, con cuatro torres como cuatro coronas.





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